Diagnóstico del Dolor Pélvico
Averiguar qué es lo que está causando el dolor pélvico crónico a menudo implica un proceso de eliminación porque son muchos los trastornos que pueden causar dolor pélvico.
Además de una entrevista detallada sobre el dolor, tus antecedentes médicos personales y los antecedentes familiares, el médico puede pedirte que lleves un diario del dolor y otros síntomas.
Estas son algunas de las pruebas o exámenes que el médico podría sugerirte:
Examen pélvico. Este puede revelar signos de infección, crecimientos anormales o músculos tensos del suelo pélvico. El médico revisa si hay áreas de sensibilidad. Hazle saber al médico si sientes alguna molestia durante este examen, especialmente si el dolor es similar al que has estado sintiendo.
Análisis de laboratorio. Durante el examen pélvico, el médico puede pedir análisis de laboratorio para detectar infecciones, como clamidia o gonorrea. El médico también puede pedir un análisis de sangre para controlar los conteos de células sanguíneas y un análisis de orina para verificar si hay una infección urinaria.
Ecografía. Este examen utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para producir imágenes precisas de las estructuras internas del cuerpo. Este procedimiento es especialmente útil para detectar masas o quistes en los ovarios, el útero o las trompas de Falopio.
Otras pruebas de diagnóstico por imágenes. El médico puede recomendar radiografías abdominales, tomografías computarizadas (TC) o imágenes por resonancia magnética (RM) para ayudar a detectar estructuras o crecimientos anormales.
Laparoscopia. Durante este procedimiento quirúrgico, el médico hace una pequeña incisión en el abdomen e inserta un tubo delgado conectado a una pequeña cámara (laparoscopio). El laparoscopio le permite al médico observar los órganos pélvicos y verificar si hay tejidos anormales o signos de infección. Este procedimiento es especialmente útil para detectar la endometriosis y la enfermedad pélvica inflamatoria crónica.
Encontrar la causa de fondo del dolor pélvico crónico puede ser un proceso largo y, en algunos casos, es posible que nunca se encuentre una explicación clara.
Sin embargo, con paciencia y comunicación abierta, tú y tu médico pueden desarrollar un plan de tratamiento que te ayude a vivir una vida plena con un mínimo de molestias
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